Elecciones en Finlandia, entre la adhesión a la OTAN y la “tolerancia a Putin”

Marin perdió la punta

Elecciones en Finlandia, entre la adhesión a la OTAN y la “tolerancia a Putin”

2 04 2023 | Este 2 de abril, los finlandeses deben elegir nuevamente a sus representantes en un contexto de inestabilidad política y amenazas cruzadas entre Putin y la OTAN por la guerra de Ucrania.

Por: Gerónimo Lampón

Antecedentes

El primer ministro, Antti Rinne, renunció a su cargo debido a un escándalo relacionado con el Servicio Postal de Finlandia (Posti) en el 2019. El Partido Socialdemócrata de Finlandia eligió a la entonces ministra de Transporte y diputada por Pirkanmaa, Sanna Marin, para reemplazar a Rinne. Marin asumió el cargo el 10 de diciembre de 2019.

Actualidad: “Las cuatro patas de la mesa”

Cuatro partidos se disputan actualmente el Parlamento finlandés: por un lado se encuentra al Partido del Centro, un espacio de centro liberal y agrarista que fue fundado en 1906 como la Liga Agraria. Es un partido muy arraigado en las zonas rurales de Finlandia que promueve la descentralización del poder político. El Partido del Centro es uno de los principales partidos de Finlandia e, históricamente, uno de los que más ha gobernado.

Luego está al Partido Socialdemócrata de centroizquierda, fundado en 1899 como Partido Laborista de Finlandia. Es uno de los principales partidos políticos de Finlandia, siendo especialmente importante ya que tiene entre sus filas a Sanna Marin, actual primera ministra del país. El sociademócrata es el antagonista número 1 de la Coalición Nacional, un partido político de centroderecha liberal conservadora, fundado el 9 de diciembre de 1918 -tras la Guerra Civil finlandesa- que se lleva bastante bien con el último protagonista: el Partido Finlandés, un espacio político de ultraderecha, nacionalista y euroescéptico, fundado el 11 de mayo de 1995. Sin embargo, nada son las instituciones sin las  personas que las integran.

Llegó el momento de hablar de la primera ministra, Sanna Marin, mejor conocida como “La Dama de Hierro Finlandesa”.

“La Dama de Hierro finlandesa"

Sanna Mirella Marin, de 36 años, nació en Helsinki. Durante su infancia creció con su madre y la novia de ésta. Se graduó en Ciencias Administrativas en 2012 y en 2019 se convirtió en la primera ministra más joven del mundo con 34 años, tras ser elegida por su partido político para suceder al anterior líder, Antti Rinne. Antes, había sido ministra de Transportes y Comunicaciones. Marin es, desde agosto de 2020, la presidente del Partido Socialdemócrata de Finlandia. A su corta edad, Marin tiene una gran experiencia en política. A los 27 fue elegida para formar parte del Ayuntamiento de Tampere con 826 votos y al año siguiente, en 2013, fue elegida como la presidenta de este. 

Cuando Sanna Marin asumió el liderazgo de su país en 2019, el ministro del Interior de Estonia declaró: “Lo sucedido recientemente en Finlandia le pone a uno los pelos de punta”. Y remató: “Ahora podemos ver que una cajera se ha convertido en primera ministra”. Las inoportunas declaraciones de Mart Helme, el entonces presidente del Partido Popular Conservador de Estonia (EKRE), provocaron una pequeña crisis diplomática que llevó a la presidenta de la nación báltica de Estonia a disculparse con sus vecinos. Pero, lejos de escandalizarse, la flamante dirigente recién llegada al poder en Finlandia, aprovechó la oportunidad para hablar del éxito del estado de bienestar finlandés: “Estoy extremadamente orgullosa de Finlandia. Aquí los hijos de una familia pobre pueden educarse y alcanzar sus metas en la vida, y una cajera puede convertirse incluso en primera ministra”. 

“La Dama de Hierro Finlandesa” es conocida con ese popular nombre porque se enfrentó a una pandemia y porque, a raíz de la feroz ofensiva rusa en Ucrania, se vio obligada a virar el timón del histórico curso neutral de su país y propulsar la candidatura de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una decisión a la que su partido se había opuesto hasta hace muy poco. La semana pasada, su gobierno también tomó la decisión de limitar las condiciones de visa para turistas rusos al 10 por ciento del número actual a partir del mes de septiembre.

El fin de la neutralidad del país “boreal” 

Desde la Guerra Fría, Finlandia acuñó para su política exterior la doctrina de Paasikivi-Kekkonen,  un delicado modelo de neutralidad cuya piedra angular era la “especial situación geopolítica del país”, con 700 kilómetros de frontera común con la Unión Soviética. Según esta visión, en una simple actitud de “realismo político”, Finlandia debía abstenerse de molestar a la tierra de los comunistas rojos, del que, a pesar de haberse enfrentado durante la primera mitad del siglo XX en dos guerras, había logrado evitar su ocupación y conservar su independencia.

Pero Marin finalmente pidió a la OTAN su adhesión definitiva, luego de que en varias oportunidades Putin incitara al país a tomar partido por Rusia u Occidente. No solamente Marin se animó a enviar armas a Ucrania, (en contra de la histórica política finlandesa de no mandar armas a países en guerra) sino también a adoptar sanciones y medidas para cortar la postergada dependencia de la energía rusa. 

Pero la realidad electoral se transformó desde que Marin tuvo su primer traspié político al que se le sumó otro, y luego otro, y otro y otro…

Perder la punta, por olvidarse de las cámaras

Primero fue un incidente personal a finales del 2021 cuando después de haber estado en contacto con su ministro de Asuntos Exteriores, quien dio positivo por COVID-19, fue a bailar a una discoteca. La joven mandataria se disculpó por su falta de criterio y explicó que no llevaba consigo el teléfono laboral, a donde la habían avisado que debía aislarse a pesar de estar vacunada con dos dosis. Luego,  la familia de la primera ministra utilizó fondos públicos -850 dólares mensuales- para el pago de sus desayunos. El episodio, algo menor en muchos países, desató un descalabro político. De acuerdo con Marin, el pago de los desayunos era un arreglo que había quedado de la administración pasada. Finalmente, el peor de todos: en un video filtrado, se ve a la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, bailando y cantando con amigos en una fiesta privada. La líder de 36 años posa para la cámara. Se sienta de rodillas, con las manos detrás de la cabeza. El video, claramente filmado por alguien en la fiesta, se filtró en las redes sociales y llamó la atención de los medios finlandeses esta semana. Marin dijo que asistió a la fiesta en las últimas semanas, pero se negó a decir exactamente dónde y cuándo.

Pero, Marin -fiel a su estilo- no se quedó callada. Ella misma reconoció que  sus amigos y ella celebraban de una “manera bulliciosa” y que había alcohol, pero, que ella sepa, no había drogas involucradas. Dijo el viernes que se sometió a una prueba de drogas para poner fin a la especulación sobre sustancias ilegales. El test dio negativo.

Pero ahora Marin perdió la punta en las encuestas por estos “deslices” y todo parece indicar que la derecha tiene chances de ganar las siguientes elecciones en una ultracoalición de extrema derecha conservadora y antislamista. Sin embargo, la OTAN respira, porque de derecha o de izquierda, la postulación a la Alianza Transatlántica seguirá indeclinable. 

 

Fuente: La Nación, WEF, Infobae.

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